No sé si habré
escrito alguna entrada en el blog sobre plantas venenosas – la
verdad, no lo recuerdo- pero esta es una buena ocasión para
hacerlo. La planta que hoy nos ocupa nos resulta muy familiar por
estos pagos, la vemos en jardines, en las medianas de las autopistas,
nuestros campos.., en fín por todos lados está esta hermosa planta
copada de preciosos ramos de flores blancas, rosas, rojas, pero no
muchos saben que es una de las más venenosas que existen.
La adelfa, Nerium
oleander, familia apocináceas era conocida por los antiguos
como “rosa del desierto” y recibe otros nombres, baladre, laurel
rosa, falsa rosa. No se conoce con exactitud su origen aunque la
sitúan en Europa meridional y Asia central y con el tiempo se ha
extendido a todas las zonas algo cálidas como planta ornamental.
Su nombre
Nerium deriva de un dios marino llamado Nereus,
padre de las famosas Nereidas ( en las noches de Agosto
las podemos observar). Como dato curioso, para hacernos una idea de
cuán tóxica es, la miel fabricada por las abejas con sus flores es
dañina para nuestra salud.
Pero actualmente la
ciencia está investigando sobre los beneficios que puede aportarnos
y se sabe que es un excelente tónico cardíaco por su alto contenido
en oleandrina, y como diurético, gracias a los flavonoides resulta
de gran ayuda para los problemas urinarios. Asimismo posee cualidades
contra los parásitos siendo un potente insecticida usándolo siempre
por vía externa en tratamientos contra sarna y tiña. Pero ahí no
se quedan, se cree que para la leucemia, asma, epilepsia, excemas,
diabetes, puede tener propiedades curativas, el tiempo dirá...
Sea como sea lo
cierto es que debemos tener respeto a esta planta, admirarla pero sin
tocar y desde luego dejar en manos de las personas expertas (
médicos, naturistas) que nos orienten y supervisen.
Y buscando buscando
he encontrado una leyenda, o historia, como gustéis, que no sé si se
habrá basado en un hecho real pero en ella vemos cómo la sabiduría
del pueblo se sirve de todos los medios para conseguir sus metas, en
este caso aprovecha el veneno de la adelfa para vencer al enemigo.
Cuentan
los más viejos que allá por los años en que se luchaba contra los
franceses, en la guerra de la Independencia, a la ciudad malagueña
de Ronda llegaron los soldados de Napoleón dispuestos a derrotar a
los guerrilleros, estos eran grupos de personas que se habían unido
y ocultos en la sierra de la zona y apoyados por el conocimiento del
terreno luchaban por su tierra y su libertad.
Los
habitantes de la ciudad, listos como nadie, urdieron un plan para
aniquilarlos y así, pensaron agasajarlos con una opípara cena
consistente en conejos a la brasa.
Sorprendidos
los franceses no dudaron en aceptar la invitación y así los
rondeños comenzaron a perparar un banquete para sus invitados;
mientras que algunos hombres salieron a la sierra para cazar los
conejos algunas mujeres distrajeron a los soldados cantando y
bailando y otras fueron a recoger ramas de adelfa.
Al
atardecer empezaron a preparar la cena, prepararon los conejos y los
iban ensartando en las varas que habían recogido antes y los asaron.
Los soldados comieron tan deliciosa comida regada con buen vino, y
bailaron hasta que el sueño los rindió. A la mañana siguiente,
todo el ejército allí acampado estaba muerto.
Imágenes sacadas de Internet.
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