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lunes, 6 de octubre de 2014

Adelfa



 



No sé si habré escrito alguna entrada en el blog sobre plantas venenosas – la verdad, no lo recuerdo- pero esta es una buena ocasión para hacerlo. La planta que hoy nos ocupa nos resulta muy familiar por estos pagos, la vemos en jardines, en las medianas de las autopistas, nuestros campos.., en fín por todos lados está esta hermosa planta copada de preciosos ramos de flores blancas, rosas, rojas, pero no muchos saben que es una de las más venenosas que existen.





 


La adelfa, Nerium oleander, familia apocináceas era conocida por los antiguos como “rosa del desierto” y recibe otros nombres, baladre, laurel rosa, falsa rosa. No se conoce con exactitud su origen aunque la sitúan en Europa meridional y Asia central y con el tiempo se ha extendido a todas las zonas algo cálidas como planta ornamental.
Su nombre  Nerium deriva de un dios marino llamado Nereus, padre de las famosas Nereidas ( en las noches de Agosto las podemos observar). Como dato curioso, para hacernos una idea de cuán tóxica es, la miel fabricada por las abejas con sus flores es dañina para nuestra salud.








Pero actualmente la ciencia está investigando sobre los beneficios que puede aportarnos y se sabe que es un excelente tónico cardíaco por su alto contenido en oleandrina, y como diurético, gracias a los flavonoides resulta de gran ayuda para los problemas urinarios. Asimismo posee cualidades contra los parásitos siendo un potente insecticida usándolo siempre por vía externa en tratamientos contra sarna y tiña. Pero ahí no se quedan, se cree que para la leucemia, asma, epilepsia, excemas, diabetes, puede tener propiedades curativas, el tiempo dirá...








 Sea como sea lo cierto es que debemos tener respeto a esta planta, admirarla pero sin tocar y desde luego dejar en manos de las personas expertas ( médicos, naturistas) que nos orienten y supervisen.
Y buscando buscando he encontrado una leyenda, o historia, como gustéis, que no sé si se habrá basado en un hecho real pero en ella vemos cómo la sabiduría del pueblo se sirve de todos los medios para conseguir sus metas, en este caso aprovecha el veneno de la adelfa para vencer al enemigo.





Cuentan los más viejos que allá por los años en que se luchaba contra los franceses, en la guerra de la Independencia, a la ciudad malagueña de Ronda llegaron los soldados de Napoleón dispuestos a derrotar a los guerrilleros, estos eran grupos de personas que se habían unido y ocultos en la sierra de la zona y apoyados por el conocimiento del terreno luchaban por su tierra y su libertad.
Los habitantes de la ciudad, listos como nadie, urdieron un plan para aniquilarlos y así, pensaron agasajarlos con una opípara cena consistente en conejos a la brasa.
Sorprendidos los franceses no dudaron en aceptar la invitación y así los rondeños comenzaron a perparar un banquete para sus invitados; mientras que algunos hombres salieron a la sierra para cazar los conejos algunas mujeres distrajeron a los soldados cantando y bailando y otras fueron a recoger ramas de adelfa.
Al atardecer empezaron a preparar la cena, prepararon los conejos y los iban ensartando en las varas que habían recogido antes y los asaron. Los soldados comieron tan deliciosa comida regada con buen vino, y bailaron hasta que el sueño los rindió. A la mañana siguiente, todo el ejército allí acampado estaba muerto.






Imágenes sacadas de Internet.


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