domingo, 23 de marzo de 2014

...Y llegó la Primavera






Pues sí, ya hace algunos días que habían llegado las golondrinas, signo inequívoco, (aunque los científicos cuentan que cada vez vienen antes); las veo revoloteando, buscando un buen lugar para hacer sus nidos, y ellas no se equivocan, no necesitan calendario para saber que ya es Primavera.

El término prima proviene de “primer” y vera de “verdor” “primer verdor”, en alusión a que es en esta estación cuando los campos se visten de nuevo de colores después del invierno con sus lluvias y bajas temperaturas.







 






De siempre a la  Primavera se la ha relacionado con juventud y vida, todo renace y vuelve a recuperar su esplendor. Hagamos como la Naturaleza, despertemos del largo y frío invierno, animemos nuestro espíritu y afrontemos esta nueva estación con alegría, esperanza y amor y ofrezcámoslo al mundo entero.






Leyenda inca de la Primavera


Hace mucho, mucho tiempo, la Tierra vivía bajo el peso constante del invierno. Sus montes estaban permanentemente nevados y la escarcha quemaba los brotes tiernos de los prados. Los hombres conseguían con dificultad el sustento y la vida resultaba sumamente dura.

Sucedió entonces que un aguerrido príncipe Inca llamado Sumac (bueno), decidió luchar contra la naturaleza e invocar a Inti (el dios Sol) para que calentara la Tierra con mayor vigor. Acompañado por hábiles expedicionarios, se dirigió hacia los blancos ventisqueros que conducían hasta las cimas.
Durante el peligroso trayecto, muchos jóvenes quedaron atrás, y los pocos que siguieron fueron sorprendidos por una tormenta de nieve que bloqueó los caminos, sumiéndolos en la desesperación.

“-Los dioses no nos ayudan, Sumac, manifestó uno de los hombres al príncipe.
-Abandonemos esta empresa.”

Pero Sumac no conocía ni el miedo ni el cansancio; siguió trepando por las cornisas estrechas y congeladas hasta llegar al pico más alto de la montaña. Entonces, con los brazos extendidos, invocó a 
 Inti:

 “-Aparece, ¡oh, señor! exclamó y devuelve la vida a nuestra Tierra dormida”.
Diciendo así, con supremo esfuerzo apartó con las manos el cortinado de violáceas nubes que tapaban el brillo del sol.

Las nubes se deslizaron pesadamente y permitieron que los rayos del sol despertaran los tibios brotes de la tierra; la nieve derretida comenzó a caer por las laderas hasta llegar a los valles, y éstos, humedecidos, se llenaron de frutos jóvenes.

Había nacido la primavera. Desde entonces, aparece una vez por año entre los hombres para descorrer los opacos celajes del cielo y despertar a Inti de su sueño invernal con su llegada.







Las imágenes han sido tomadas de Internet.

1 comentario:

  1. Un blog que aporta mucho al mundo de las flores. Felicidades!! Me encanta

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