domingo, 2 de junio de 2013

Día Mundial del Medio Ambiente








Fué creado por la ONU el día 15 de Diciembre de 1.972 y desde entonces se celebra el 15 de Junio. Se instituyó para sensibilizar a todo el mundo de los grandes problemas ambientales que cada vez con más intensidad padecemos. Durante toda la jornada se celebran conciertos, conferencias, festivales de música, se organizan actos en los colegios, se plantan árboles, se limpian nuestros bosques..., todo está bien con tal de concienciar, principalmente a nuestros políticos de que debemos empezar a cuidar sin falta nuestro planeta pues si seguimos por este mal camino la Tierra no conseguirá sobrevivir, así que pongámonos todos en acción y trabajemos y luchemos por un futuro más limpio, seguro y mejor.


Hoy mismo he recibido un correo de un compañero y sinceramente, no creo que por mucho que se hable sería más efectivo que este relato o cuento así que os lo transcribo, seguro que al igual que a mí os maravillará y reflexionaréis sobre él.





 En la cola del super, el cajero dice a una señora mayor que debería traer su propia bolsa de la compra porque las bolsas de plástico son dañinas para el medio ambiente.

La señora pide disculpas y explica: “ es que en mis tiempos no pensábamos en la ecología”.
El empleado le contesta: ese es el problema que tenemos ahora; la generación de ustedes no se preocupó de preservar el medio ambiente.

Tiene razón_ dijo la señora _, en aquellos tiempos no pensábamos en la ecología.
Por entonces las botellas de leche, de cerveza y de refrescos se devolvían a la tienda. La tienda las enviaba de nuevo a la fábrica, donde las lavaban y esterilizaban antes de llenarlas de nuevo, de manera que podían utilizar los mismos envases una y otra vez. Así las reciclaban de verdad. Pero es verdad, en aquellos tiempos no pensábamos en la ecología.

Subíamos y bajábamos escaleras, porque no había artefactos mecánicos en todos los comercios y oficinas. Íbamos andando a la tienda en lugar de usar el coche cada vez que teníamos que recorrer dos manzanas. Pero tiene usted razón: en aquellos tiempos no pensábamos en la ecología.

Entonces lavábamos y reutilizábamos los pañales de los bebés, porque no los había de un solo uso. Secábamos la ropa en tendederos, no en esas máquinas que consumen mucha energía para secar la ropa. Las energías solar y eólicas secaban nuestra ropa estupendamente.

Los niños usaban la ropa de sus hermanos mayores, no siempre modelitos nuevos. Pero tiene usted razón: en aquellos tiempos no pensábamos en la ecología.

En aquel entonces teníamos un televisor o una radio en casa, no un televisor en cada habitación, y el televisor tenía una pantalla del tamaño de un pañuelo, ¿recuerdan?, no una pantalla del tamaño de un campo de fútbol.

En la cocina molíamos, batíamos y desmenuzábamos a mano, porque no había aparatos eléctricos que lo hicieran todo por nosotros. Cuando embalábamos algo frágil para enviarlo por correo usábamos periódicos arrugados para protegerlo, no envoltorios de bolitas o burbujas de plástico.

Hacíamos ejercicio trabajando y no necesitábamos ir a un gimnasio para correr sobre pistas mecánicas que funcionan con electricidad. Pero usted tiene razón: en aquellos tiempos no pensábamos en la ecología.

Cuando teníamos sed bebíamos en una fuente, en lugar de usar vasos y botellas de plástico cada vez que queríamos beber.

Recargábamos las estilográficas con tinta, en lugar de tirarlas y comprar otras nuevas. Y cambiábamos las hojas de afeitar en vez de tirar a la basura toda la maquinilla sólo porque la hoja ya no corta. Pero entonces no pensábamos en la ecología.

En aquellos tiempos la gente usaba el tranvía o el autobús, y los niños iban a la escuela en bicicleta o andando, en lugar de usar a su madre como un servicio de taxi disponible las 24 horas.

En cada habitación teníamos un enchufe, no una batería de enchufes para alimentar una docena de artefactos. Y no necesitábamos ningún aparato electrónico que enviara señales de satélite a kilómetros de distancia para encontrar la pizzería más cercana.

Así que ¿no os parece lamentable que la generación actual critique lo estúpidos que éramos los viejos por no pensar en la ecología en nuestros tiempos?





 Todo esto lo he vivido yo, y no soy tan vieja. Y pienso que si en unos pocos años hemos conseguido esta degradación del planeta, qué será en unos pocos más.










2 comentarios:

  1. ¡ Que verdad ! yo soy un poco más mayor, en mi juventud no se reciclaba pero si se cuidaba mas todo.

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